Revivir las leyendas {Cuentame tu historia}
¡Buenos días!
Lunes antes de semana santa y ando medio molida por haberme quedado el sábado leyendo hasta las 5 y haber dormido algo así como poquísimo. Pero bueno, luego tengo una semana para vaguear, excepto que no.
No sé si vosotros tendréis la semana santa cambiada como mi familia, pero aquí en Asturias somos raros.
En fin.
Como comentaba el viernes por twitter hoy toca el cuéntame tu historia de este mes, relacionados con la magia. Así que me decidí. ¿recordáis esto? Pues aquí tenéis su "adaptación". Cambiaré un poco los personajes y su historia pero pronto en el blog, podréis ir viendo el avance de esta historia.
Ah, y en otro orden de prioridades me he apuntado a esta antología, a ver si todo va bien y sale para adelante (a ver si escribo el relato correspondiente).
Ah por cierto, es mi entrada 200. Yayyy!!
Asomé la cabeza por la ventana de mi habitación en la academia, necesitando sentir el aire fresco. Mi mundo se había vuelto patas arriba con la aparición de un amuleto, y sentía que me estaba oprimiendo. Era un peso que no quería, un hecho que perduraría tras mi muerte: ser aquella que revivió la vieja magia, la magia de leyendas, una magia capaz de todo.
Alguien en mi posición podía haber querido sembrar el caos y dominar. Otros, entre los que se encontraba Cédric, querían aprender. Sabía que él solo era el primero de los muchos que vendrían, y eso solo me hacía sentir más miedo e inseguridad. Porque a él podía mantenerle a raya, y puede que a otros alumnos e incluso a los profesores de la academia. Pero llegarían líderes de clanes que emplearían algo más que palabras en sus formas, y yo acabaría cediendo o tal vez, perdiendo la vida.
Intenté no pensar en eso y fijé mi vista en los largos bosques en la lejanía. En el mundo poco a poco la magia se había ido desvaneciendo, perdida, olvidada o simplemente muerta. Pero yo había logrado canalizar mi magia en un amuleto que me permitía realizar cualquier hechizo solo con desearlo. Eso significaba que, tal vez, las leyendas no hubieran desaparecido del todo.
De golpe fui consciente de lo que quería hacer con aquel poder. Me habían propuesto encerrar el amuleto, venderlo o intentar instruir a otros en la canalización del suyo propio. Sin embargo ninguna de aquellas opciones me valía. No quería venderlo, pues estaba vinculado a mi alma de hechicera y quién sabía lo que aquel objeto en malas manos podría hacer sobre mí, no por nada anteriormente los amuletos se obtenían de los cadáveres de dueños.
Pensé un segundo en la última opción, en la propuesta de Cédric de protegerme frente a lo que pudiera venir a cambio de aprender él también cómo obtener su propio amuleto. Me encantaría poder explicarlo, pero no sabía hacerlo. Simplemente había aparecido frente a mí en medio de un combate cuando yo sentía que nada podía irme bien. No había sido voluntario.
No, ninguna de esas opciones era lo que buscaba.
Pero al menos ya sabía que hacer.
Cogí mi mochila con lo indispensable, ropa, alguna que otra provisión, un mapa y un libro, y cogí el colgante de color madreperla que descansaba sobre la mesita de mi habitación. Parecía un objeto tan sencillo que no sabía cómo había podido poner mi vida patas arriba. Al pasarlo por mi cabeza tuve miedo de que se quebrara, aunque, por supuesto, no ocurrió nada. Sentí su calidez en mi pecho al pasarlo por debajo de mi camisa, y abrí la puerta de mi habitación.
Había revivido la vieja magia, pero había sido solo un pequeño soplo, algo imperceptible. Debía hacer mucho más para volver a épocas antiguas, a épocas mejores donde la magia recorría el aire, no como ahora, que se necesitaban canalizadores para realizar hasta el hechizo más sencillo.
Esa sería mi misión.
Haría que las leyendas cobrasen vida de nuevo, buscando aquello que causó su caída en primer lugar.
Lunes antes de semana santa y ando medio molida por haberme quedado el sábado leyendo hasta las 5 y haber dormido algo así como poquísimo. Pero bueno, luego tengo una semana para vaguear, excepto que no.
No sé si vosotros tendréis la semana santa cambiada como mi familia, pero aquí en Asturias somos raros.
En fin.
Como comentaba el viernes por twitter hoy toca el cuéntame tu historia de este mes, relacionados con la magia. Así que me decidí. ¿recordáis esto? Pues aquí tenéis su "adaptación". Cambiaré un poco los personajes y su historia pero pronto en el blog, podréis ir viendo el avance de esta historia.
Ah, y en otro orden de prioridades me he apuntado a esta antología, a ver si todo va bien y sale para adelante (a ver si escribo el relato correspondiente).
Ah por cierto, es mi entrada 200. Yayyy!!
Asomé la cabeza por la ventana de mi habitación en la academia, necesitando sentir el aire fresco. Mi mundo se había vuelto patas arriba con la aparición de un amuleto, y sentía que me estaba oprimiendo. Era un peso que no quería, un hecho que perduraría tras mi muerte: ser aquella que revivió la vieja magia, la magia de leyendas, una magia capaz de todo.
Alguien en mi posición podía haber querido sembrar el caos y dominar. Otros, entre los que se encontraba Cédric, querían aprender. Sabía que él solo era el primero de los muchos que vendrían, y eso solo me hacía sentir más miedo e inseguridad. Porque a él podía mantenerle a raya, y puede que a otros alumnos e incluso a los profesores de la academia. Pero llegarían líderes de clanes que emplearían algo más que palabras en sus formas, y yo acabaría cediendo o tal vez, perdiendo la vida.
Intenté no pensar en eso y fijé mi vista en los largos bosques en la lejanía. En el mundo poco a poco la magia se había ido desvaneciendo, perdida, olvidada o simplemente muerta. Pero yo había logrado canalizar mi magia en un amuleto que me permitía realizar cualquier hechizo solo con desearlo. Eso significaba que, tal vez, las leyendas no hubieran desaparecido del todo.
De golpe fui consciente de lo que quería hacer con aquel poder. Me habían propuesto encerrar el amuleto, venderlo o intentar instruir a otros en la canalización del suyo propio. Sin embargo ninguna de aquellas opciones me valía. No quería venderlo, pues estaba vinculado a mi alma de hechicera y quién sabía lo que aquel objeto en malas manos podría hacer sobre mí, no por nada anteriormente los amuletos se obtenían de los cadáveres de dueños.
Pensé un segundo en la última opción, en la propuesta de Cédric de protegerme frente a lo que pudiera venir a cambio de aprender él también cómo obtener su propio amuleto. Me encantaría poder explicarlo, pero no sabía hacerlo. Simplemente había aparecido frente a mí en medio de un combate cuando yo sentía que nada podía irme bien. No había sido voluntario.
No, ninguna de esas opciones era lo que buscaba.
Pero al menos ya sabía que hacer.
Cogí mi mochila con lo indispensable, ropa, alguna que otra provisión, un mapa y un libro, y cogí el colgante de color madreperla que descansaba sobre la mesita de mi habitación. Parecía un objeto tan sencillo que no sabía cómo había podido poner mi vida patas arriba. Al pasarlo por mi cabeza tuve miedo de que se quebrara, aunque, por supuesto, no ocurrió nada. Sentí su calidez en mi pecho al pasarlo por debajo de mi camisa, y abrí la puerta de mi habitación.
Había revivido la vieja magia, pero había sido solo un pequeño soplo, algo imperceptible. Debía hacer mucho más para volver a épocas antiguas, a épocas mejores donde la magia recorría el aire, no como ahora, que se necesitaban canalizadores para realizar hasta el hechizo más sencillo.
Esa sería mi misión.
Haría que las leyendas cobrasen vida de nuevo, buscando aquello que causó su caída en primer lugar.
¡Hola!
ResponderEliminarSiempre me sorprendes con tus textos, me encantan >.<
Besos!
¡¡Genial!! Me encanta, me ha recordado muchísimo al libro de los portales. Me encanta tu estilo a la hora de escribir. Besos.
ResponderEliminarLa verdad es que no leí el libro de los portales, tal vez lo lea cuando escriba la historia para comprobar que no he escrito lo mismo xD Me alegra que te guste.
Eliminar¡Un besín!
Me alegro de que hayas decidido continuar con la historia, me dejaste en ascuas la primera vez ;D
ResponderEliminarMe gusta la decisión que ha tomado, a veces es necesario abandonar ciertas cosas para poder hacer el bien, un besazo
Lena
Jaja pues la verdad es que espero tomar esta historia con ganas pronto. Cambiaré el nombre a Marcus porque ya tenía uno llamado así y odio repetirme, y creo que eso será solo el principio de una historia bastante guay que a ver hacia dónde me lleva.
EliminarMe alegra que te guste.
¡Un besín!
Que genial! Atrapa y deja con ganas de más *A* jeje
ResponderEliminarMucha suerte con la antología :D
Saludos~
Quiero maaaaaaaas D: Yo también quiero un amuleto de esos y poder hacer magia por ahí. Sería demasiado genial. Un besito <3
ResponderEliminar¡Hola! me ha encantado el texto, me ha dejado con ganas de leer un poco más.
ResponderEliminarun beso.
aiisss quiero uno yaaa!!! Muy buen texto <3
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarVaya, Me ha gustad mucho el texto *-* Sigue escribiendo tan genial
Un beso!
Ayy me encanta. Al principio no entendía, pero es una gran idea lo de los canalizadores. Espero que la prota consiga encontrar la causa de la caída de la magia XD ¿Sabes qué? Este pequeño relato suena a posapocalípsis del mundo fantástico. Jajajaja, igual te parece una chorrada esto que acabo de decir XDXD
ResponderEliminarUn beso Gema, no dejes de escribir!!!