Reunidos de nuevo. {Relato Corto}
¡Buenos días!
Lo prometido es deuda y yo hoy os traigo el capítulo final de esta historieta (hasta nuevo aviso). Volveré a meter algún día en líos a mis personajes. Si no sería muy mala escritora jejeje
Lo siento si estoy pasandome poco por vuestros blogs, pero blogger me la tiene jurada desde ayer y mi vida personal desde hace un poco más de tiempo. Prometo que en semana santa intentaré leeros.
Y ahora sí, este es el capítulo anterior y aquí tenéis la lista con todos los relatos de esta historia y otras que hay en el blog.
Lo primero que hizo la joven pelirrosa al verme fue recular, a pesar de mis palabras. Si soy sincera, con mi apariencia tampoco habría confiado en nadie. Y menos estando en su situación. Me acuclillé a su lado, seria.
- Mira, si lo prefieres puedes quedarte, y repetir lo que sea que te estén haciendo.- La falta de empatía que sentía en aquellos momentos era buena. Era directa, clara, y sabía dónde atacar. Pero tal vez fui muy dura, sin tener en cuenta lo que ella estaba sufriendo.- Puedo ser mala, pero también puedo ser buena. Y creo que es mejor correr el riesgo que quedarte aquí sentada.
- ¿Por qué debería hacerlo? Dicen que malo conocido.
- Esa patraña solo sirve para contentar a los esclavos. Venga. Tienes alas. Sabes lo que es volar. No te olvides de eso.- Inspiré hondo, estaba empezando a sentir la angustia de saber que se nos acababa el tiempo, que en cualquier momento podría venir alguien. Llevé la vista a la puerta.- Créeme, no quiero estar aquí cuando alguien abra esa puerta.
- Te he visto más veces. Estás con ellos.
- Mírame bien y dime si de verdad estoy con ellos.- Sabía que una parte de ella era reacia, pero también conocía bien a los ángeles. Me conocía a mí misma y, si quería, podía ver los resquicios de mi alma.- No habría dado mi alma por nada.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Tu padre decidió no darnos ayuda.
- ¿Mi padre? Él me odia. O no me habría dejado aquí.
Sonreí
- Tal vez no puede hacer nada. Poco puede hacer en el infierno. Pero me ha mandado a mí.
Volvimos a quedarnos en silencio. A pesar de mi impaciencia, sabía que presionando no conseguiría nada. Necesitaba madurar todo lo que le había dicho. Tras un largo suspiro, me tendió sus brazos, llenos de heridas y moratones, y vi las esposas que la anclaban al suelo. No necesité palabras para saber lo que quería, por lo que abrí los grilletes de sus brazos y las piernas, deteniéndome de nuevo para mirar las alas.
- Dudo que puedas volar.
- No creo ni que pueda levantarlas.- Ambas nos fijamos en sus alas, quebradas por todas partes. Ni con toda la magia del mundo sanaríamos eso a tiempo. Y menos sin tener mi alma. El plan se complicaba por momentos.
- Está bien, salgamos, buscaremos la forma de escondernos y...
No sabía qué decir. Estaba dándome cuenta de que el plan estaba abocado al fracaso. Necesitábamos un milagro.
Nyla asintió, con el rostro pálido. La verdad es que era algo con lo que no haía contado, con que hubiesen empezado a maltratarla, con que no pudiese volar ni defenderse.
- Mierda, Nir. Te necesito.- Susurré, casi maldije. Si de verdad estaba en contacto con mi alma tal vez podría hacer algo, pero el dolor, su mal estado. No podría hacer nada que no fuera dejarse capturar también. Corrimos hacia la puerta, mientras yo calculaba el tiempo. Lo primero era dejar su celda, porque era donde nos buscarían. Y tampoco podíamos ir a la mía. Pero sí sabía de un sitio donde me había escondido una vez hablando con Nir, un cuarto de limpieza que tenía una pequeña ventana de iluminación. Arrastré a la pelirrosa hacia allí, viendo cómo le fallaban las fuerzas mientras andaba. Nos apoyamos la una en la otra y logramos alcanzar el pequeño cuarto.
La oscuridad nos envolvió casi por completo, estábamos en la sombra mientras escuchábamos. Ni una alarma todavía. Podía haber creído que me iba a ir bien, pero algo me decía que no era así. Como si ni la adrenalina actuase por mi cuerpo, era sensata y no me dejé llevar por el optimismo. La realidad me decía que era todo una trampa. Sin embargo, dejamos que pasaran unos pocos minutos, hasta que Nyla descansase. Llevaba mucho tiempo presa y con sus heridas no caminaba bien, lo mínimo que podía hacer era dejarle unos minutos para recobrar las fuerzas.
Además, seguía creyendo que Nir podría venir, aunque supiera que estaba cansado y que no podría venir y llevarnos de vuelta, que teníamos que salir nosotras. Pero, desde mi punto de vista y desde el de cualquier otra persona, no teníamos alternativa.
El tiempo pasaba y mis tímpanos parecían retumbar con el sonido del reloj. Recobré el aliento y volví la vista hacia la ventana.
- Vamos, no hay tiempo que perder.- Susurré a Nyla, ayudándola a subir y saltar por la pequeña abertura de la pared. Después me impulsé, preparada para lo peor al otro lado. Sin embargo Nyla no había chillado, lo cual tal vez era buena señal.
Sin embargo, cuando atravesé la pared, comprendí por qué no había dicho nada. Un guardia tapaba su boca y tenía colocado un cuchillo sobre su cuello. Al verme sonrió, pensando que me tenía, que no lucharía. Miré a Nyla de refilón, preguntándome cómo lograr sacarla de ahí. Ella misma lo hizo, sin embargo, mordió su mano y le dio un cabezazo, aprovechando que no tenía sujeta su mano para apartar el cuchillo de su cabeza. Se apartó corriendo y yo le di una patada en la pierna para desequilibrarlo, y otra en la mano para que soltara el cuchillo. Lo cogí y seguimos corriendo, tal vez si, ahora que estábamos al aire libre, llegábamos al bosque, estábamos salvadas.
Pronto sonaron las alarmas a mi espalda, e intuí que no tardarían en dispararnos. Era mejor un ángel muerto que un ángel libre, por mucho que se tratase de Nyla. Procuré protegerla con mi cuerpo mientras avanzábamos, y a veces la sostenía para que no cayera. Ella no decía nada, pero supuse que me lo agradecía, se la notaba bastante agotada. Avanzamos cien metros, aunque todavía había mucha distancia hasta el bosque, cuando uno de sus coches nos cortó el paso. Varios hombres bajaron y nos rodearon, apuntándonos con ballestas y alguna pistola. Intenté proteger a Nyla, pero era inviable. Suspiré, estábamos tan cerca que la verdad, me sentía muy frustrada.
Y abrumada, y dolida, y de golpe era como si una neblina de emociones me hubiera envuelto. Pero no solo de emociones. Noté que mi cuerpo de golpe estaba lleno de nuevo, como si una parte de mí acabase de despertar. Más bien se estaban volviendo a encontrar, saludándose y tendiéndose la mano tras un tiempo separadas. Me miré las manos como si no las reconociera y cerré los puños. Era raro, pero había algo más en mi en aquel momento.
Sonreí. Quién sabe cuánto tiempo hacía que no sonreía. Seguro que Nyla me tomaba por loca.
- Bueno, ha estado bien ese juego…- Dijo uno de mis jefes, avanzando con paso decidido hacia mí. Nos habíamos juntado varias veces desde que me recibió entre los cazadores, pero nunca se había decidido a volver a hablarme directamente.- Lograste confundirnos a todos, y todo por ese ángel- Miró a Nyla despectivo, y ella se encogió detrás mío. Me pregunté qué clases de cosas le habría hecho y, por primera vez desde que estaba ahí, estuve a punto de matarlo sin miramientos.- Creí que eras una de los nuestros.
- No- Sonreí, la segunda vez, mucho más confiada, más segura. Era una sonrisa de saber, de conocer más de lo que él creía conocer. Porque, de golpe, lo tuve todo más claro- Soy una de los suyos.
Aquello lo desconcertó, preguntándose cómo podía haber estado a mi lado y haberme creído humana. Qué poca diferencia hay entre una persona que no tiene alma y una que no tiene humanidad. Antes de que diera la orden de atacar, canté.
Fueron un par de notas, pero todo el suelo retumbó. Nyla se sostuvo a mi espalda para no caer, pero varios hombres no tuvieron la gran idea y cayeron al suelo. La tierra se quebró, aunque, a diferencia de aquella vez en el callejón, con Nir, no había tuberías rotas, y se les pasaría enseguida el susto, aunque puede que sus tímpanos se resintieran un poco más. El canto de un ángel puede ser muy mortífero si uno lo quiere así.
Agarré a Nyla con mi brazo, ella tenía los ojos abiertos como platos, como si no pudiera creerse que yo era un ángel. Sin darse cuenta que Nir me había devuelto el alma, consciente de que era la única forma de que ambas saliéramos de ahí. Tal vez Satán se quejase más adelante, pero era un tema a tratar para cuando estuviéramos libres.
Me costó sacar las alas. Dolían, era como un ardor en la base de los hombros, y recordé el doloroso proceso que había sufrido cuando perdí el alma, cómo habían dejado las alas materializadas para tener una víctima, una victoria con la que ganarme la entrada. Creo que solté alguna lágrima, pero si lo piensas bien, era un dolor amortiguado por la adrenalina y la situación. Se pondría peor.
Alcé el vuelo, perdiéndome pronto sobre las copas de los árboles y realizando varios cambios de dirección bajo las hojas. A veces andábamos, todo fuera por despistarlos, hasta que al fin llegué a la base en la que estaban Nir y mi hermano.
Bueno, y Denisse. Ella fue a donde Nyla, me miró preocupada, pero se llevó al ángel al interior de la casa. Miró a Sean antes de entrar, y, suspirando, mi hermano entró tras ella.
Miré a Nir, el corazón seguía muy acelerado, casi más que con la carrera. Le sonreí, nerviosa.
- ¿Estás bien?- Preguntó, acercándose a pasos cortos. Asentí, y entonces él salvó las distancias y me abrazó con tanta fuerza que creo que me quería romper algún hueso. Pensé en quejarme, pero él no parecía dispuesto a soltarme y me parecía un gasto de saliva. Hundí mis manos en su cabello rojizo, aspirando su aroma. No sabía que lo echaba tanto de menos- Temí que no llegara a tiempo. Cuando llegué no podía ni moverme.
- Llegaste justo a tiempo- Susurré, aliviando su preocupación- Ya está, estamos a salvo y hemos rescatado a Nyla. Todo está bien.
Asintió, soltándome. Miré sus ojos negros y vi que brillaban más de lo normal. Aunque no dije nada, posiblemente yo estaba igual. Pero era cierto. De momento, ya no hay más peligro.
Todo está bien.
Lo prometido es deuda y yo hoy os traigo el capítulo final de esta historieta (hasta nuevo aviso). Volveré a meter algún día en líos a mis personajes. Si no sería muy mala escritora jejeje
Lo siento si estoy pasandome poco por vuestros blogs, pero blogger me la tiene jurada desde ayer y mi vida personal desde hace un poco más de tiempo. Prometo que en semana santa intentaré leeros.
Y ahora sí, este es el capítulo anterior y aquí tenéis la lista con todos los relatos de esta historia y otras que hay en el blog.
Lo primero que hizo la joven pelirrosa al verme fue recular, a pesar de mis palabras. Si soy sincera, con mi apariencia tampoco habría confiado en nadie. Y menos estando en su situación. Me acuclillé a su lado, seria.
- Mira, si lo prefieres puedes quedarte, y repetir lo que sea que te estén haciendo.- La falta de empatía que sentía en aquellos momentos era buena. Era directa, clara, y sabía dónde atacar. Pero tal vez fui muy dura, sin tener en cuenta lo que ella estaba sufriendo.- Puedo ser mala, pero también puedo ser buena. Y creo que es mejor correr el riesgo que quedarte aquí sentada.
- ¿Por qué debería hacerlo? Dicen que malo conocido.
- Esa patraña solo sirve para contentar a los esclavos. Venga. Tienes alas. Sabes lo que es volar. No te olvides de eso.- Inspiré hondo, estaba empezando a sentir la angustia de saber que se nos acababa el tiempo, que en cualquier momento podría venir alguien. Llevé la vista a la puerta.- Créeme, no quiero estar aquí cuando alguien abra esa puerta.
- Te he visto más veces. Estás con ellos.
- Mírame bien y dime si de verdad estoy con ellos.- Sabía que una parte de ella era reacia, pero también conocía bien a los ángeles. Me conocía a mí misma y, si quería, podía ver los resquicios de mi alma.- No habría dado mi alma por nada.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Tu padre decidió no darnos ayuda.
- ¿Mi padre? Él me odia. O no me habría dejado aquí.
Sonreí
- Tal vez no puede hacer nada. Poco puede hacer en el infierno. Pero me ha mandado a mí.
Volvimos a quedarnos en silencio. A pesar de mi impaciencia, sabía que presionando no conseguiría nada. Necesitaba madurar todo lo que le había dicho. Tras un largo suspiro, me tendió sus brazos, llenos de heridas y moratones, y vi las esposas que la anclaban al suelo. No necesité palabras para saber lo que quería, por lo que abrí los grilletes de sus brazos y las piernas, deteniéndome de nuevo para mirar las alas.
- Dudo que puedas volar.
- No creo ni que pueda levantarlas.- Ambas nos fijamos en sus alas, quebradas por todas partes. Ni con toda la magia del mundo sanaríamos eso a tiempo. Y menos sin tener mi alma. El plan se complicaba por momentos.
- Está bien, salgamos, buscaremos la forma de escondernos y...
No sabía qué decir. Estaba dándome cuenta de que el plan estaba abocado al fracaso. Necesitábamos un milagro.
Nyla asintió, con el rostro pálido. La verdad es que era algo con lo que no haía contado, con que hubiesen empezado a maltratarla, con que no pudiese volar ni defenderse.
- Mierda, Nir. Te necesito.- Susurré, casi maldije. Si de verdad estaba en contacto con mi alma tal vez podría hacer algo, pero el dolor, su mal estado. No podría hacer nada que no fuera dejarse capturar también. Corrimos hacia la puerta, mientras yo calculaba el tiempo. Lo primero era dejar su celda, porque era donde nos buscarían. Y tampoco podíamos ir a la mía. Pero sí sabía de un sitio donde me había escondido una vez hablando con Nir, un cuarto de limpieza que tenía una pequeña ventana de iluminación. Arrastré a la pelirrosa hacia allí, viendo cómo le fallaban las fuerzas mientras andaba. Nos apoyamos la una en la otra y logramos alcanzar el pequeño cuarto.
La oscuridad nos envolvió casi por completo, estábamos en la sombra mientras escuchábamos. Ni una alarma todavía. Podía haber creído que me iba a ir bien, pero algo me decía que no era así. Como si ni la adrenalina actuase por mi cuerpo, era sensata y no me dejé llevar por el optimismo. La realidad me decía que era todo una trampa. Sin embargo, dejamos que pasaran unos pocos minutos, hasta que Nyla descansase. Llevaba mucho tiempo presa y con sus heridas no caminaba bien, lo mínimo que podía hacer era dejarle unos minutos para recobrar las fuerzas.
Además, seguía creyendo que Nir podría venir, aunque supiera que estaba cansado y que no podría venir y llevarnos de vuelta, que teníamos que salir nosotras. Pero, desde mi punto de vista y desde el de cualquier otra persona, no teníamos alternativa.
El tiempo pasaba y mis tímpanos parecían retumbar con el sonido del reloj. Recobré el aliento y volví la vista hacia la ventana.
- Vamos, no hay tiempo que perder.- Susurré a Nyla, ayudándola a subir y saltar por la pequeña abertura de la pared. Después me impulsé, preparada para lo peor al otro lado. Sin embargo Nyla no había chillado, lo cual tal vez era buena señal.
Sin embargo, cuando atravesé la pared, comprendí por qué no había dicho nada. Un guardia tapaba su boca y tenía colocado un cuchillo sobre su cuello. Al verme sonrió, pensando que me tenía, que no lucharía. Miré a Nyla de refilón, preguntándome cómo lograr sacarla de ahí. Ella misma lo hizo, sin embargo, mordió su mano y le dio un cabezazo, aprovechando que no tenía sujeta su mano para apartar el cuchillo de su cabeza. Se apartó corriendo y yo le di una patada en la pierna para desequilibrarlo, y otra en la mano para que soltara el cuchillo. Lo cogí y seguimos corriendo, tal vez si, ahora que estábamos al aire libre, llegábamos al bosque, estábamos salvadas.
Pronto sonaron las alarmas a mi espalda, e intuí que no tardarían en dispararnos. Era mejor un ángel muerto que un ángel libre, por mucho que se tratase de Nyla. Procuré protegerla con mi cuerpo mientras avanzábamos, y a veces la sostenía para que no cayera. Ella no decía nada, pero supuse que me lo agradecía, se la notaba bastante agotada. Avanzamos cien metros, aunque todavía había mucha distancia hasta el bosque, cuando uno de sus coches nos cortó el paso. Varios hombres bajaron y nos rodearon, apuntándonos con ballestas y alguna pistola. Intenté proteger a Nyla, pero era inviable. Suspiré, estábamos tan cerca que la verdad, me sentía muy frustrada.
Y abrumada, y dolida, y de golpe era como si una neblina de emociones me hubiera envuelto. Pero no solo de emociones. Noté que mi cuerpo de golpe estaba lleno de nuevo, como si una parte de mí acabase de despertar. Más bien se estaban volviendo a encontrar, saludándose y tendiéndose la mano tras un tiempo separadas. Me miré las manos como si no las reconociera y cerré los puños. Era raro, pero había algo más en mi en aquel momento.
Sonreí. Quién sabe cuánto tiempo hacía que no sonreía. Seguro que Nyla me tomaba por loca.
- Bueno, ha estado bien ese juego…- Dijo uno de mis jefes, avanzando con paso decidido hacia mí. Nos habíamos juntado varias veces desde que me recibió entre los cazadores, pero nunca se había decidido a volver a hablarme directamente.- Lograste confundirnos a todos, y todo por ese ángel- Miró a Nyla despectivo, y ella se encogió detrás mío. Me pregunté qué clases de cosas le habría hecho y, por primera vez desde que estaba ahí, estuve a punto de matarlo sin miramientos.- Creí que eras una de los nuestros.
- No- Sonreí, la segunda vez, mucho más confiada, más segura. Era una sonrisa de saber, de conocer más de lo que él creía conocer. Porque, de golpe, lo tuve todo más claro- Soy una de los suyos.
Aquello lo desconcertó, preguntándose cómo podía haber estado a mi lado y haberme creído humana. Qué poca diferencia hay entre una persona que no tiene alma y una que no tiene humanidad. Antes de que diera la orden de atacar, canté.
Fueron un par de notas, pero todo el suelo retumbó. Nyla se sostuvo a mi espalda para no caer, pero varios hombres no tuvieron la gran idea y cayeron al suelo. La tierra se quebró, aunque, a diferencia de aquella vez en el callejón, con Nir, no había tuberías rotas, y se les pasaría enseguida el susto, aunque puede que sus tímpanos se resintieran un poco más. El canto de un ángel puede ser muy mortífero si uno lo quiere así.
Agarré a Nyla con mi brazo, ella tenía los ojos abiertos como platos, como si no pudiera creerse que yo era un ángel. Sin darse cuenta que Nir me había devuelto el alma, consciente de que era la única forma de que ambas saliéramos de ahí. Tal vez Satán se quejase más adelante, pero era un tema a tratar para cuando estuviéramos libres.
Me costó sacar las alas. Dolían, era como un ardor en la base de los hombros, y recordé el doloroso proceso que había sufrido cuando perdí el alma, cómo habían dejado las alas materializadas para tener una víctima, una victoria con la que ganarme la entrada. Creo que solté alguna lágrima, pero si lo piensas bien, era un dolor amortiguado por la adrenalina y la situación. Se pondría peor.
Alcé el vuelo, perdiéndome pronto sobre las copas de los árboles y realizando varios cambios de dirección bajo las hojas. A veces andábamos, todo fuera por despistarlos, hasta que al fin llegué a la base en la que estaban Nir y mi hermano.
Bueno, y Denisse. Ella fue a donde Nyla, me miró preocupada, pero se llevó al ángel al interior de la casa. Miró a Sean antes de entrar, y, suspirando, mi hermano entró tras ella.
Miré a Nir, el corazón seguía muy acelerado, casi más que con la carrera. Le sonreí, nerviosa.
- ¿Estás bien?- Preguntó, acercándose a pasos cortos. Asentí, y entonces él salvó las distancias y me abrazó con tanta fuerza que creo que me quería romper algún hueso. Pensé en quejarme, pero él no parecía dispuesto a soltarme y me parecía un gasto de saliva. Hundí mis manos en su cabello rojizo, aspirando su aroma. No sabía que lo echaba tanto de menos- Temí que no llegara a tiempo. Cuando llegué no podía ni moverme.
- Llegaste justo a tiempo- Susurré, aliviando su preocupación- Ya está, estamos a salvo y hemos rescatado a Nyla. Todo está bien.
Asintió, soltándome. Miré sus ojos negros y vi que brillaban más de lo normal. Aunque no dije nada, posiblemente yo estaba igual. Pero era cierto. De momento, ya no hay más peligro.
Todo está bien.
Hola Gema
ResponderEliminarpues, me encanta la magia y la pasión que pones en cada renglón. En esta hsitria estoy abstante perdida, pues debería retroceder en los demás capítulos pero me gusta!
Te mando un beso fuerte cariño
espero que crees una nueva historia pronto ^^
Tengo ya alguna guardada para cuando acabe estas historias, espero que en semana santa adelante muchos capítulos para ir subiéndolas y que puedas pillarlas desde el principio.
EliminarMe alegra que te gustara Tana.
¡Un besín!
No lo he leído porque no he leído los anteriores, así que voy a pasarme por el enlace que has dejado y poco a poco los leeré todos.
ResponderEliminarUn beso!!!
Hola! He pasado por encima porque no he leído los anteriores. Voy a ver si los leo poco a poco.
ResponderEliminarBsos ^^
Geeemaa!! Arrrr! Sexy!
ResponderEliminarMe vuelves to loca, tetah!
arrrrrrrrr!
(Comentario esporádico e ilógico)
Hola, te nominé a un premio en mi blog (http://cronuxcaroycaro.blogspot.mx/2015/03/premio-liebster-award.html) por si quieres pasarte :) :)
ResponderEliminarBesos!