Otro año que se va...
Hoy, 31 de diciembre, cumplo 21 años. Ya soy legalmente capaz de beber en cualquier parte del mundo, aunque creo que me siento cada vez más pequeña. O que no crezco, y soy como Peter Pan. Sigo siendo la misma persona, con el pelo teñido de Henna, con un piercing en la oreja. Pero sigo siendo la chica que escribía hace 3 años sobre un libro que le gustó mucho, el primero largo que se leía en inglés por su cuenta, el que desencadenaría un poco todo lo que era el blog. Pero no voy a ponerme a ver qué es todo lo que ha pasado alrededor en todo ese tiempo. Fueron muchas cosas. Algunas duras, otras geniales. Algunas se han ido, otras ahora están lejos, y algunas las sigo sintiendo muy cerca. Creo que este año voy a decidirme a hacer el reto del tarro. Empezar el año con un tarro vacío y llenarlo de todas las cosas buenas que me vayan pasando. Os animo a hacer lo mismo. Sin embargo, recuerdo muchas cosas buenas que han pasado este año, aunque algunas duelan. Así que voy a intentar recorda