Promesa submarina {Relato Corto Parte 1}
¡Buenos días!
Por fin, tras nosecuanto tiempo con este relato escrito, lo subo. Vuelven Lyreth y Theren tras sus dos relatos anteriores (aquí y aquí) con una aventura en dos partes. La verdad es que no sabía dónde iba a ir, con estos chicos nunca lo sé, pero me gusta la forma en la que evolucionan los personajes.
En fin, es una historia en dos partes y el miércoles tendréis la siguiente. Esta entrada al ser mitológica participa en la iniciativa Dioses del Olimpo, para la cabaña Hermes ¡Os robaremos la victoria y la cartera!
Por cierto, superadas las 37mil palabras ya ;)
El corazón de Lyreth parecía a
punto de salirse de su pecho, en aquella cueva, todo parecía místico. Sus pasos
resonaban, y un extraño brillo cubría la superficie del lago en el centro,
reflejándose en ella y su compañero. Theren seguía en la otra esquina,
analizando el agua, cogiendo pequeñas muestras en frascos y añadiendo quién
sabía qué. Había veces que prefería no preguntar lo que buscaba, sobre todo
mientras comía.
Su perspectiva del mundo era muy
distinta. A él todo le fascinaba, y no parecía sentir el peligro. Veía cada
criatura como… como algo que investigar, y no como un monstruo. Pero también
veía más cosas donde ella solo veía rocas, o algas, o agua. Criaturas que a
simple vista no estaban y él las hacía aparecer. Su ciencia era fascinante y,
al mismo tiempo, le daba miedo.
- Theren, he notado algo moverse-
Susurró, retrocediendo del lago.
- ¿Qué te asusta tanto?- Se burló
él.
- No sé, tal vez la descripción
del monstruo. Anda, echate hacia atrás.
- Dicen que busca primero a las
mujeres bellas. No veo por qué debería preocuparme.- Comentó, incorporándose,
con un frasco en las manos.- Eres tú la que tendría que retroceder.
Intentó no sonrojarse, aunque
ambos se miraron intentando ver la reacción del otro. Theren era tan asiduo a
esos comentarios que le ardía el pecho solo de escucharle. Y ella no solía
quedarse corta.
- Por eso, eres la mujer más
bella que conozco.- Bromeó, intentando disminuir la tensión del ambiente y
pasándose un mechón rubio tras la oreja.- Ahora, por favor, déjate de tonterías
y piensa un plan para sumergirnos y acabar con eso.
Theren calló, pensativo. Aquello
no pudo sino sorprender a Lyreth, quien lo miró con ojo crítico.
- ¿Qué pasa?
- ¿Nada de “¿Cómo vamos a
matarlo, puede ser único en su especie?” ni cosas así?- Preguntó, con tono de
burla. El moreno apretó los labios, algo molesto, antes de empujarla hacia el
borde del agua. Ella se sujetó a su brazo para evitar caer, aunque la fuerza
del empujón era mínima.
- Se ha comido niñas. Y hay más
como él. Ambos lo sabemos.
Sí, las oceánides eran unas
criaturas a las que ella ya se había enfrentado. Solían aparecer muchos
carteles pidiendo por la muerte de esos monstruos marinos que, de tanto en
cuando, asolaban las costas. Aquel día, el enemigo se llamaba Ceto. Decían que
era el original, el monstruo primario, una criatura que, de ser derrotada, les
otorgaría mucha fama, dinero y una buena posición. Un nombre fuera de las
regiones en las que ya era conocida. A pesar del miedo que pudiera sentir, la
adrenalina recorriendo su cuerpo le impedía pensar en otra cosa que no fuera la
idea de cumplir al fin su sueño, de ser una heroína de renombre mundial.
- Si nos sumergimos, tardaremos
menos de 3 minutos en quedarnos sin aire.- Vaticinó Theren.- Por no hablar del
agua. Está helada. Podría darnos hipotermia.
- Pero él vive aquí.
- Tiene la piel escamosa y
branquias. No es humano, es un monstruo.
Asintió, arrimándose al agua.
- Así que tenemos que ver cómo
sumergirnos, aguantar la respiración y resistir las bajas temperaturas.
- Y no morir, eso también es
importante.
Lyreth le miró, alzando una ceja.
Así que sí estaba asustado. El joven retrocedió ante su mirada, aunque luego se
recompuso y se puso a su lado.
- Las Nereidas son humanoides.-
Comentó, tocando la superficie con cuidado.- Y viven aquí. Si pudiéramos ser
como ellas…
- No hace falta ser como ellas.
Pero me has dado una idea. Espera aquí.
Volvió a ponerse de pie, cogiendo
un par de frascos, llenándolos de aire y tapándolos. Theren la observaba como
quien observa a un loco y, cuando quiso darse cuenta, se estaba sumergiendo en
el agua, a pesar de que le había dicho que no lo hiciera, y depositando los
frascos en una roca sumergida. Lo peor de todo es que no ascendieron. A pesar
de estar llenos de aire, no flotaron, sino que se quedaron así. Volvió a su
lado y, en silencio, esperaron.
- ¿Les has hecho una ofrenda?-
Preguntó Theren, al cabo de un rato, comprendiendo.
- Ahí abajo no pueden disfrutar
de los olores. El mejor perfume que puedes darle a una Nereida es el aire
fresco.
- Estamos en una cueva.
- Sigue siendo aire fresco para
ellas. Además, los corchos huelen a bosque. Y a tus cosas raras
- Se llaman medios de cultivo.
- Cosas raras está mejor. No
quiero asustar a las Nereidas explicándole tu ciencia.
- Mi-cro-bio-lo-gí-a. En serio
Lyreth, no puedo creerme que nunca llames a las cosas por su hombre.
Lyreth puso los ojos en blanco,
pero antes de poder replicar, miró al fondo del agua. Una criatura, básicamente
una silueta difuminada de una persona, apareció ante ellas. Las Nereidas eran
agua pura, la personificación del mar. A medida que se revolvía la superficie,
el cuerpo de una mujer hecha solo de agua asomaba, podía ver la superficie de
sus ojos, su boca entreabierta. Ambos sentían que les estaba mirando, a pesar
de no poder ver sus pupilas. Parecía atemorizante, era como sentir el mar,
inmenso, concentrado en un cuerpo de tamaño humano. Theren tenía los ojos
abiertos de par en par, intentando estudiar su anatomía. Cuando se dio cuenta,
Lyreth le golpeó el hombro, y el joven se sonrojó, desviando la vista.
- Lyreth, hacía mucho que no te
veía.
- Lo sé, tengo ayudante nuevo y
no quería meterle en las profundidades tan pronto.- Sonrió, volviendo para
mirar a Theren. La forma tan coloquial que tenían de comunicarse le fascinaba.-
Ah, Theren, esta es Cali.
- ¿Cali?
La nereida rió. Es extraño
intentar explicar su forma de reír, como si cada carcajada fuera una ola
rompiendo sobre la playa. No podía dejar de observarla, fascinado.
- Calipso, en realidad.- Por el
rabillo del ojo, Lyreth vio al joven entreabrir la boca, sorprendido.- Veo que
aún está muy verde.
- Como las algas.- Bromeó Lyreth,
poniéndose en pie.- ¿Podemos bajar?
- Claro.- Sus labios acuáticos se
convirtieron en la curva de su sonrisa, y antes de que pudiera darse cuenta,
Theren estaba siguiendo a la nereida a las profundidades marinas.
- Lyreth.- Llamó a su compañera,
que caminaba a su lado como si nada
- ¿Sí?
- Nos vamos a ahogar.
- No, bobo. Estamos invitados por
una Nereida. Podremos respirar, ya verás.- Sonrió ella, arrastrándole al
interior del lago. Sus ropas se pegaban a su cuerpo, como de costumbre, y
sentía la sal pegajosa en la piel. Pero al instante, sin necesidad de hundir la
cabeza bajo la superficie, se notaba el cambio. El agua no estaba fría. Aun
así, cuando sumergió la cabeza, instintivamente aguantó la respiración.
Lyreth, a su lado, se rió.
Y pudo escucharlo. Su voz, que no
debería haber podido oír bajo el agua, llegó a sus oídos sin ningún tipo de
problema. De la sorpresa dejó escapar el aire que tenía en la boca, y,
asustado, respiró. Respiró sin que le pasara nada.
- ¿ves? Ahora será más fácil
acabar con Ceto.
- ¿Ceto?- Preguntó Calipso,
girándose. Era muy difícil verla en el agua.- Lyreth, Ceto es… es muy peligroso
enfrentarse a él.
- Tiene atemorizado a todo un
pueblo. Dicen que se ha comido a jóvenes en la playa.
Calipso no estaba muy convencida.
Y algo le hizo a Theren comprender que cuando la personificación del mar te
dice que enfrentarte a un monstruo marino es una mala idea, deberías hacerle
caso.
- Lyreth…
- Tranquilos ambos. Siempre dices
eso, Cali.
- Es un monstruo primario,
Lyreth. Creo que te olvidas de eso. Tiene cuatro zarpas, cola de serpiente, y
dientes afilados. Al menos prométeme que tendrás cuidado.
- Tranquila, Cali. Pasará mucho
tiempo antes de que te deje sin saber nada de la superficie. Te traeré más frascos
de aire.
- Si me traes héroes tampoco me
quejaré.- Replicó, pícara, mirando de arriba a abajo a Theren. Lyreth rió,
aunque siguió caminando, y ella se detuvo para sostener el brazo del joven,
haciendo que parase.- Escúchame, Lyreth es impulsiva, muy pocas veces tiene un
plan de ataque para cuando se acerque al monstruo, y dudo que sea la excepción.
Cuando estéis cerca, Ceto la olerá. Se centrará en ella. Vas a tener que ser tú
quien le salve.
- ¿Yo? Soy un científico.
- Pero estás con ella.
- No… no derroto monstruos de la
forma convencional.- Admitió, apretando los labios. Solo de recordar la forma
en la que había impedido que el cerbero acababa con ellos…
- Ceto tampoco es una criatura
convencional, tal vez sea justo lo que necesites. Sólo…- Apretó los labios,
entrecerrando los ojos. Cuanto más miraba al agua, más veía a Calipso y podía
distinguir sus facciones de la masa líquida que los envolvía.- Por favor, es mi
amiga, protégela.
Theren asintió. No podía negarle
aquello a la nereida. Volvió la vista hacia Lyreth un instante.
- ¿Algún consejo para enfrentarse
a Ceto?- Preguntó, volviendo a mirar hacia Calipso. Pero la Nereida se había
ido, desvanecida entre la marea, convertida en espuma de mar.
Theren inspiró hondo, notando de
golpe la presión de la columna de agua que había sobre él, como si recorriera
todo su cuerpo con la respiración. Creyó que moriría aplastado, pero solo duró
un segundo, aunque la sensación de nerviosismo siguiera en su interior, sin
amenazar con irse.
No solo
iba a enfrentarse al primer monstruo marino nunca creado. Encima tenía que
impedir que Lyreth muriera.
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He aprobechado y he leido las tres partes, geniales ;D
ResponderEliminarTheren y Lyreth hacen una pareja curiosa, tengo curiosidad por ver como siguen sus aventuras jejeje
Un besoo
Lena
¡Hola Lena!
EliminarJajaja si te han gustado genial entonces. Me alegra ver que te entretengan. A ver si cuando acabe el NaNo pienso un poco mejor su trasfondo y esta historia se vuelve algo más larga.
¡Un besín!
me ha gustado mucho. Tiene ese toque original que le das a todos tus relatos.
ResponderEliminarArriba Démeter!!!
Jo, muchas gracias :3 La verdad es que decir que tengo un "toque" hace ilusión jajaja
Eliminar¡Un besín!
PD. Hermes mola más.
La última frase me ha puesto la piel de gallina... Me encantan este tipo de personajes que es como si tuvieran vida propia en el blog.
ResponderEliminarUn besazo <3
Ay no, pobre... Aunque admito que a mi también me puso nerviosa cuando no tenía claro qué quería que pasase.
EliminarY sí, estos personajes ya tienen vida propia. A veces es como "voy a escribir esto y va a ser cosa de Lyreth y Theren" jaja
Un besín!
Gema, me encantan tus historias :)
ResponderEliminarParece que los personajes son reales y eso suele ser difícil de hacer sobretodo en relatos como este (de mitología, fantasía...)
Mil besos
Jo, gracias Irene :) Yo lo intento lo mejor que puedo, y me alegra que os guste tanto como a mí escribirlos.
EliminarUn besín!