Los cuatro jinetes {Te robo una frase}
No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá usted vivo de ella. —De Elbert Hubbard. —Propuesta por Frank Spoiler.
Los cascos de los caballos hacían retumbar el terreno fértil que cruzaban. Por cada galope, el suelo aplastado perdía su color, volviéndose una superficie yerma y falta de vida. Uno de los jinetes echó la vista atrás. Esa era su maldición. A cada paso, la muerte les seguía, cabalgaban sobre el mundo sin descanso. Cuatro jinetes, cuatro caballos. Y un sin fin de muertes a sus espaldas.
Había perdido la cuenta de las batallas que había librado, de todas las veces que había salido victorioso, había olvidado mirar a sus hermanos, a la muerte, al hambre, a la guerra. No había querido mirar a los ojos a las almas que estaban con ellos, aquellas que acompañaban hacia el fin del mundo, hacia el descanso. No quería, porque sabía lo que vería en sus ojos. El brillo del hambre, su rostro cargado de esperanzas perdidas, su piel lacia, falta de fuerza, cayendo sobre unos huesos de apariencia inerte. Muchas veces hablaban de él como si fuera la voz de la victoria, el único jinete al que ansiaban ver llegar a su hogar.
Sin embargo, a su espalda estaba la verdad. A la victoria uno no llega si no es por la destrucción, por la caída de imperios y la destrucción de los reinos. Con él llegaba la luz, tan intensa que ocultaba a las sombras que lo seguían y acechaban. Su maldición, eso eran. La verdad tras cada guerra. Una máscara cubría su rostro, la corona lo nublaba de poder ver, o se habría vuelto loco. Volvió a galopar, alzando la vista hacia el próximo pueblo por el que pasar, por el que sembrar penas y recoger desgracias, durante tanto tiempo que se olvidaría de los rostros de los caídos, del hambre de los niños, de los enfermos y de los heridos. Donde solo pudiera ver la gloria.
Apuntó con su arco hacia la cima, donde el rey a derrocar saboreaba una buena copa de vino mientras a su alrededor sus gentes pasaban hambre y sufrían. Por el rabillo del ojo, el regente captó el brillo de la flecha, que aún no había sido disparada. La victoria sonrió, había salido vencedor aunque el arma no había sido disparada. El rey se tambaleó, con una mano sobre el corazón, varios de sus siervos corrieron a socorrerle, los gritos pidiendo un médico llegaron hasta todo el pueblo. Pero allí ya no había médicos, ya no había gente. Sus compañeros habían ido poco a poco recogiendo cada alma, allanando el camino para la victoria. El equipo maldito que siempre estaba con él.
La victoria desmontó, caminando con gesto pausado hasta el rey a matar. Una sonrisa asomó en su rostro, viéndose reflejado en los ojos de terror del rey. Le recordaba al brillo del hambre en los niños, la palidez de su rostro podía parecer de enfermedad, como los de su amiga la peste. A su lado, los otros tres jinetes le observaron hacer el trabajo, regodeándose.
- No se tome la vida demasiado en serio- Intentó consolar la muerte al rey, quien ahogó un chillido de terror ante el comentario sombrío del jinete.- Nunca saldrá usted vivo de ella.
La victoria disparó. Había salido vencedor. Había salido para vencer.
Qué mal nos acostumbras, Gema, qué mal nos acostumbras... Una vez más (y van...) me ha encantado tu historia, ¿qué más puedo decir?
ResponderEliminarPues que gracias por seguir participando, un mes más, en el juego :-)
Besicos!
¿A que sí? Yo a ver, que normalmente estoy muy orgullosa de lo que hago, pero este ha sido sobremanera. No sé, me ha encantado jajaja
EliminarMe alegra que te gustara y gracias a ti por el juego en sí. Nos leemos en diciembre, pienso hacer lo imposible por conseguir eso en un relato navideño.
¡Un besín!
Muy buena historia y casi he podido ver ese lugar. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Gracias Amelia! Me alegra que te gustara.
Eliminar¡Un besín!
Un extraordinario relato Gema, muy regio, serio y con un final que duele... (y no por la muerte del Rey) sino por lo que significa. Saludos y feliz semana.
ResponderEliminar¡Gracias Frank! Me alegra que te gustara.
EliminarSí, dudo que a nadie le gustase el rey...
¡Un besín!
qué chulo!!!!!
ResponderEliminarQué chula la iniciativa y qué chula tu historia!!
Enhorabuena guapa!
Un besazo!
¡Gracias Rocío!
EliminarMe alegra que te guste, la iniciativa está abierta a tdo el que quiere apuntarse, estás a un solo relato de distancia ;)
¡Un besín!
o.0
ResponderEliminar¡Me encanta!
Has sabido juntar la descripción de una vida triste y penosa con la muerte inesperada de los que se alzan a la victoria.
A veces tengo miedo porque le dais más vueltas que yo xD
EliminarMe alegra que os guste tanto, como comenté estoy bastante orgullosa del relato jajaja
¡Un besín!
Hola Gema!
ResponderEliminarVerdaderamente genial la frase citada primero, es tan cierta y cuesta tanto darse cuenta de ello, más cuando somos jóvenes. Segundo, me parece una linda y buena idea, pero esta vez paso, tengo demasiadas cosas....No dejes de escribir ♥
Un besito.
Supongo que también es el estrés en el que vivimos, que no nos hace ver que no hay una forma de ganar.
EliminarLa iniciativa está genial, y tampoco es que sea mucho tiempo, si eso pásate por el blog inicial para ver la frase de diciembre, que tienes todo un mes para prepararla.
¡Un besín!
Hola! Me gusto mucho la frase :D
ResponderEliminarBesos, acabo de descubrir tu blog y me quedo :3
¡Gracias Roci! Un besín!
EliminarMajestuoso es la palabra, me gustaron mucho las palabras que utilizaste para narrar esta historia. Felicidades Gema!
ResponderEliminar¡Gracias Patricia! Me alegra que te gustara.
Eliminar¡Un besín!
¿Una historia con los cuatro jinetes del apocalipsis de por medio? Soy toda tuya...
ResponderEliminarQue curioso, acabo de terminar un capítulo de Sobrenatural con ellos de por medio, no creo en las casualidades, pero esto se está tornando un poco raro...
Igualmente tu texto es exquisito, con una ambientación cuidada y unos protagonistas inimitables a los que has dotado de vida propia. Como siempre, comento feliz y me voy con un buen sabor de boca, un besoo
Lena
Jajaja me alegra que te gustara <3
EliminarHum... tal vez sea que estamos desatando el fin... ¡Entonces no hay que estudiar! Lo tendré en cuenta.
Muchas gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado el relato.
¡Un besín!
Una historia increíble, me encantó. Tienes mucho talento; una vez terminado el relato, lo volví a leer de nuevo, eso te da una idea de lo mucho que me gustó ja ja ja.
ResponderEliminarSaludos.
Jo, muchísimas gracias felipe. Me alegra que te gustara tanto como para releerlo, veo que es uno de los mejores del año.
Eliminar¡Un besín!
Gracias Gema. Me ha encantado que el malo muera. Como me encantó que la Victoria venciera (¿valga la redundancia?).
ResponderEliminarEncantada con habernos encontrado otra edición más.
Un beso enorme.
¡Hola Mary Ann! Me alegra que te gustara que la Victoria venciera (sí, es muy redundante, imagínate yo escribiéndolo) aunque dudo que se pueda vencer del todo en una guerra.
EliminarMe alegra coincidir contigo a mi también.
¡Un besín!
Qué monosidad de relato, por favor. Es un texto breve pero genial, en serio, y muy poético, hay muchas veces que riman las frases y todo, pero lo que más me ha gustado, sin duda alguna, es lo que esto: «No se tome la vida demasiado en serio. Nunca saldrá usted vivo de ella».
ResponderEliminarMe ha en-can-ta-do.
Bueno, la frase mía no es. Justo trata de eso, de jugar con la frase de otro autor y utilizarla en nuestro relato. La situación sí.
EliminarLo de que rimaba nunca me lo había planteado, aunque puede ser por esto por lo que me gustara tanto jaja
Me alegra que te gustase.
¡Un besín!