Te robo una frase: el día de la escalada
"La persona que había al otro lado era una mujer joven. Muy obviamente una mujer joven. No había manera posible de confundirla con un hombre joven en ningún lenguaje, especialmente en braille. – Terry Pratchett "
El día de la escalada
Pero creo que el verdadero principio está en el día de la escalada.
Todo comenzó el primer día de clases en la facultad de física. Me había colocado pegada a la ventana, aunque no había hablado con nadie. Estaba nerviosa. Por primera vez desde hacía siete años estaba sola, y mis meses buscando universidad tampoco habían hecho que afianzara mis amistades. Es más, no sabía ni el nombre de mi compañera de cuarto en la residencia. Bastante que nos habíamos saludado el primer día.
Así que ahí estaba yo, con el libro de física, preparada para una clase introductoria que nos empezase a hablar de la física cuántica, escuchando a mi alrededor cantidad de rumores que se iban almacenando en mi cabeza, intentando conocer los nombres de los chicos de los pupitres más cercanos, aunque solo fuera para pedirles un bolígrafo por su nombre.
Y, de golpe, se hizo el silencio. Alguien había entrado en la puerta. Giré la cabeza para mirar al otro extremo de la clase.
La persona que había al otro lado era una mujer joven. Muy obviamente una mujer joven. No había manera posible de confundirla con un hombre joven en ningún lenguaje, especialmente en braille. Y nada más acercarse al centro de la clase, clavó sus ojos obsidiana en mí.
Cualquier chico habría disfrutado con esa mirada. Pero llegas un punto en el que sabes más, en el que comprendes que una persona es más que las apariencias y que no puedes fiarte de nadie. Así que me estremecí, preparada para lo peor.
- Señorita Miller. ¿Le importa resolver esta ecuación?
No, no había pasado lista. Ni había nada en la pizarra un segundo antes. Sin embargo ahí estaba, de golpe, toda una pizarra cubierta de fórmulas que incluía muchas constantes y otras tantas letras griegas. Inspiré hondo, preparada para lo peor.
Pero si hay algo bueno de ser mestiza, es que entiendes mejor las letras griegas. Hay cierta conexión entre el símbolo y la fórmula, como si me dijeran lo que quisiera resolver. Por eso siempre se me habían dado bien las ciencias puras, frente a los análisis semánticos, que me llevaban por el valle de la amargura. Así que, tras pensar un poco, resolví la fórmula.
- Correcto. Vuelva a su asiento.- Me dijo, aunque sus ojos decían “esto no ha acabado aquí”.
- Guau- Dijo alguien mientras pasaba. Me giré, pero no fui capaz de distinguir su voz.
***
Bueno, perdón, ese no fue el día de la escalada, aunque sí que tenía que ser el principio de esta historia. Para que comprendáis el odio que me tenía Felicity, la profesora de física cuántica, aunque más bien era mutuo. Había estado intentando pillarme toda la semana, como si buscara una excusa para quedarme a solas con ella. Por suerte, me las había ideado para salir inmune toda la semana.
Hasta aquel día.
El despertador no me había sonado, y si no hubiera sido porque alguien en la residencia se había puesto a follar a todo volumen, no me habría enterado de nada. Pero al ver la hora supe que tenía que correr. Me duché desayunando y vestí lavándome los dientes, y bajé corriendo las escaleras, como si fuera aire en vez de una persona de carne y hueso.
Pero, aún así, llegaba tarde. Y en la universidad en América hay que ser muy puntuales, no puedes permitirte los retrasos sin justificar. Algunos profesores hacen la vista gorda. Pero cuando Felicity te mira con esos ojos, sabes que no es una de esos.
Supongo que por eso, al verme en la esquina de la facultad, sonrió con malicia, cerrando la puerta tras de sí. Era su oportunidad.
Observé frustrada la puerta cerrada, sin saber qué hacer. No quería enfrentarme a ella, no todavía, pero no veía qué podía hacer para adelantarme a ella en las clases. Estaban en el último piso, en una escalada vertical en una pared lisa, si no fuera por las ventanas entre pisos, separadas por algo así como un metro.
Creo que en ese momento me volví loca, miré mis zapatillas, unas sandalias abiertas que casi no tenían suela y se sostenían por magia, y mis manos. Mi manicura. ¿Sabéis lo difícil que es mantener unas uñas bonitas mientras te enfrentas a monstruos que no hacen nada por mantenerse muertos? Esa era una de las ventajas de haber esquivado a las criaturas del inframundo durante más de dos meses. Y estaba a punto de echarlas a perder. Pero era mejor destrozarme las uñas en una pared que ver qué escondía la profesora Felicity.
Me afiancé al saliente de la primera ventana y comencé a escalar, confiando en la firmeza de mis zapatos, recordando todo mi entrenamiento en el Campamento y la pared de escalada que escupía lava. Nunca había pensado que disfrutaría de ese ejercicio sin el fuego golpeando mi espalda y las paredes que se cierran si no vas lo suficientemente rápido. Fueron unos 30 metros, pero se me pasaron volando, a pesar de los pocos salientes y de sentir que se me iban las fuerzas. No me había dado cuenta de la falta de costumbre, de la pérdida de forma física. En ese momento me di cuenta que tenía que volver a entrenar. Cuando llegué arriba di un par de golpes, y un joven de cabello cobrizo me abrió la ventana con sorpresa en el rostro, yo le ignoré, concentrándome solo en respirar y entrar en la clase. Fui tranquilamente a mi sitio, recuperando el aliento, y esperé.
Felicity tardó dos minutos más en llegar, con una sonrisa de suficiencia en el rostro que se borró a cámara lenta, pasando por la furia absoluta al verme sentada ahí. Yo saludé con inocencia, colocándome un mechón de mi cabello caoba tras la oreja. Como si no hubiera escalado ocho pisos en el tiempo en el que ella subía las escaleras. Suspiró, frustrada, y se puso a dar clase con desgana.
- Guau.
Me giré. Ahí estaba el joven. La voz del otro día. El que me había abierto la ventana.
Sentado a mi lado.
- Eso ha sido impresionante. Venir para esta clase es… Guau.
- ¿Sabes decir algo más?- Murmuré, sonriendo. Parecía completamente fascinado por mi escalada.
- Lo siento, es que ha sido genial. ¿Eres Daphne Miller, no? Parece que la profesora te ha cogido un poco de manía.
“Si solo fuera eso” pensé, volviendo la vista hacia ella. Sus ojos se clavaron en mí, y pude ver un brillo mortífero en sus iris. De verdad, ahora entiendo muy bien el refrán de “si las miradas matasen”.
- Por cierto, me he olvidado de presentarme, soy Ian. Ian Camplight. ¿Quieres quedar luego a tomar algo? Quiero escuchar la historia de tu escalada con pelos y señales.
Sonreí, sincera, aunque hubiera una parte de mi cabeza preguntándose si no sería otra trampa, que no podía confiar tan rápido en alguien. Pero lo hice.
- Encantada, Ian. Me parece un plan fabuloso.
¡Os robaremos la victoria y la cartera!
Cabaña de Hermes
Jajaja, dioos, me encanta lo de las uñas y la escalada. Ha sido muy divertido!!
ResponderEliminarQuiero leer más, que lo sepas ;P
Besos!!
Lo de las uñas me salió casi solo, porque además a mi me cuesta mucho mantenerlas largas, y he descubierto que ni puedes tener caballos ni montar en barco para que estén bien. Supuse que la escalada sería parecido xD
EliminarTengo más. Aunque puede que tengas que esperarte. La semana que viene empieza el NaNo y quería preparar una entrada explicando la historia con la que me presento, y tengo pendiente otro relato de otra iniciativa. Pero verás más de Daphne, por supuesto.
¡Un besín!
Siempre odié a los profes prepotentes, por esa razón preferí siempre seguirles la corriente, es la mejor manera que ninguno te coja manía y te dejen en paz (creyéndose algo así como dioses). Eso sí, seguramente porque nunca fui bueno escalando muros. Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja. Excelente relato, bien preparado y con un buen final. Saludos.
ResponderEliminarSupongo que Daphne se lo busco, pero no me quejo, creo que ha sido una buena aventura jaja
Eliminar¡Un besín!
Me parece increíble la capacidad de crear cosas tan bonitas como la que tienes tú. Me encanta leerlas cuando tengo tiempo.
ResponderEliminarMuchas gracias, jo. La verdad es que no me cuesta nada escribir sobre Daphne, es una delicia :D
Eliminar¡Un besín!
Hola, Gema. Vaya, así que tú también escribes, ¿eh? Y muy bien, además. Habrá que sacar tiempo de dónde sea para seguir la historia de tus personajes desde el principio. De momento, la cosa promete. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro :) Que sonrisa boba se pone con cumplidos como este jajaja
EliminarJusto estoy en proceso de cambiar el menú del blog y poner una sección de personajes para poder seguir la historia desde el principio. Pero claro, es un WIP continuo que cuando avanza de golpe me doy cuenta que también puedo hacer esto otro y es como si no hubiera avanzado... en fin, un desastre ;) A ver si cuando tu sacas el tiempo para leer la historia yo me he organizado lo suficiente :P
¡Un besín!
Hola Gema.
ResponderEliminarQué gusto que hayamos coincidido en otra edición de "Te robo una frase".
Oye, Esta Daphne me cae genial. Y además, tiene muy claro su índice de prioridades! Ah, y el tal Ian me encanta!! Seguro que yo sí caería en la trampa.
Bueno, un besuco desde tu tierruca y nos leemos.
Ay la tierruca. Ay, qué nostalgia jajaja y eso que volví ayer ;)
EliminarMe alegra que te haya gustado, nos leemos.
¡Un besín!
Desde ya soy MUY FAN de Daphne, jejeje
ResponderEliminarComo dicen por ahí arriba, yo también quiero más!!!! :-)
Y también opino como Frank, está muy bien escrita esta parte de la historia.
Muchas gracias por volver a jugar un mes más y por compartir un relato tan bueno en el reto :-)
Besicos!!
Me alegra escucharlo Ramón jajaja
EliminarNo os preocupéis, tengo de ella para rato. Si no puedes esperar aquí tienes todo lo de ella hasta el momento. Más adelante pondré a la vista la pestaña de personajes, para que esté más organizado...
Pero es que tendría que cambiar el menú desplegable, y me da un poco de pereza ;)
Me alegra muchísimo que os haya gustado tanto. Creo que voy a mirar a Daphne con otros ojos a partir de ahora o algo. A ver si cuando comience el NaNo sigo con esta buena racha, jajaja
¡Un besín!
Esa si que fue una asombrosa y graciosa huida. Muchas felicidades Gema, excelente relato!
ResponderEliminar¡Gracias Patricia! Me alegra que gustase tanto :D
EliminarMuby buen relato Gema, me llevó a la época de instituto... mi profe era el de Filosofía, ¡mejor ni recordar! Mezclas la uni, con el deporte, la amistad y cierto odio por parte de la profesora con una gran maestría, llevándonos de un lugar a otro. Te felicito. Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja creo que todos tenemos profesores así. Yo aún desvío la vista ante algunos profesores, me den clase o no, o finjo "no ver" para no ser vista. Me alegra que os gustara tanto.
Eliminar¡Un besín!
jajajaja, todos hemos sufrido algún profesor de ese estilo. Muy bien insertada la frase. Me gustó mucho la estructura de la narración y el orden en el que nos desgranas los acontecimientos. Los personajes parecen parte de algo mayor. ¿Es así? Un saludo ;)
ResponderEliminarVeo que he dado con una cruz que todos habéis llevado encima, jajaja. Me alegra que os haya gustado tanto.
EliminarSobre los personajes, sí. No es la primera vez que oís de Daphne (puedes ver sus relatos aquí) ni será la última.
¡Un besín!
Desde luego el dia a dia de esta pobre chica es una odisea ;D
ResponderEliminarPero la he acabado cogiendo mucho cariño, un besooo
Lena
Jajaja me alegra que os guste, es cierto que es muy dinámica, supongo que Daphne no puede quedarse quieta demasiado tiempo.
EliminarA ver si mañana escribo algo sobre ella, que la tengo un poco abandonada.
¡Un besín!
Resulta que yo estoy en clase ahora mismo y no tengo nada mejor que hacer que decir "oye, pues voy a leerme todos los relatos de Daphne de mi querida Gema" y pues eso hice (ayer, pero mi móvil no publicó esto porque él lo vale). El caso, que ya iba siendo hora que te leyera y que TE COMENTARA que tú siempre lo haces. Soy mala persona.
ResponderEliminarMe encanta Daphne la verdad, tengo muchas ganas de verla en acción, creo que nos lo vamos a pasar muy bien. Y me dio mucha pena que tuviera que dejar al chico, con lo monos que estaban por las mañanas en la cama :( Quiero verla luchar y patear culos monstruosos. AH y el momento escalada ha sido épico, eso lo hago yo todos los días, fíjate lo que te dicho, aunque a mí no me ayuda ningún chico guapo. Tengo ganas de leer más de ella. Y que sepas que me has dado envidia por meterte a esta iniciativa, lloro.
Te quiero, por dios, vente a Hermes xD
EliminarA mi Daphne me encanta, en serio, tengo muchas ideas con ella, y lleva tan poco en mi cabeza que es increíble.
Y sí, dejar a Ian es horrible, pero tranquila, que Tina me odia y ya ha pensado un reencuentro para que sepas más de él (aparte de por el pasado de Daphne).
El lunes (creo) subo relato de ella pateando culos, aunque vas a tener que leer los relatos de Tina para enterarte, luego en casa te lo paso a skype para que leas y te enteres.
Sí, yo también escalo, en sueños, pero algo es algo. Y mi chico guapo no hace nada *mirada inquisitoria a Martín*
Ya te haré avances, si me lo permites te spoileo y así me ayudas a pensar trama (o dragonear, también estaría bien).
¡Un besín!