Locked out of heaven {Drabble}
¡Hola!
Hoy he vuelto a escribir otro relato de Lethan, gracias a la canción de Bruno Mars y un largo viaje en el bus. Esta vez el pobre Lethan está sacando por fin su parte demoníaca, este ángel caído es un poco pícaro cuando se lo propone.
Pronto acabo los exámenes y me centraré en el Camp NaNo, así que supongo que de los 2 días en los que publico, uno sea para decir cómo avanzan las cosas en La Molécula de la Discordia. ¡Deseadme suerte!
Y si queréis saber poco a poco cómo va avanzando la novela antes del día resumen, siempre podéis seguirme en la nueva página del blog en google plus (shameless self promotion que dirían algunos)
Por cierto, que haya escogido a Chace Crawford como portada no es una coincidencia. Él es mi Lethan, espero que os guste.
-Me haces sentir como si hiciera mucho tiempo desde que me expulsaran del cielo- Murmuré, las palabras salieron solas mientras Elisabeth subía conmigo en el ascensor. Ella llevaba tiempo sin hablarme, y tal vez las palabras no eran las mejores para volver a iniciar una conversación. Pero eran las palabras más ciertas que había pronunciado en una semana, así que, por mucho que deseé haberme mordido la lengua nada más haberlas pronunciado, era demasiado tarde.
Ella se giró a mirarme. Tenía la piel blanca como una perla y hasta el más mínimo rubor se filtraba por sus mejillas con facilidad, incapaz de esconderlo. Y, aun así, aquel rubor distaba mucho de ser ligero. Sonrió, creo que intentando disimularlo, pero sabía que era imposible y dejó la curva de sus labios en una mueca de desconcierto.
-¿Qué?- Murmuró, me daba la opción de rectificar, la opción cobarde. Podía haber dicho que solo estaba traduciendo la frase de aquella conocida canción, o que practicaba... Pero no puedes pensar aquellas cosas cuando Elisabeth comenzó a inspirar con fuerza y los botones de la camisa se tensaron, dejando entrever parches de aquella piel porcelana. No podía pensarlo cuando sus labios parecían más rojos que el mismísimo fuego.
No podía dar marcha atrás, porque ya era demasiado tarde.
-Me has oido- Murmuré, alzando un brazo para acorralarla contra la pared del ascensor. Ella titubeó al principio, es lo que tienen los ángeles, van siempre tan despacio, viven con tanta inocencia en temas de amor... Yo nunca fui como ellos, pero ahora menos.- No sé qué será del ángel con sus alas blancas mirándote con inocencia, pero no es el hombre que ves aquí. Será la transformación a demonio o que has madurado. Pero nunca me he sentido así con nadie.
A medida que hablaba me dejaba pegar a su cuerpo. Sentí sus manos pegándose a mi pecho y creo que nuestros labios llegaron a juntarse. Necesitaba aquel beso con la misma necesidad con la que necesitaba respirar. Miré sus labios, rojos y húmedos, y de nuevo la poca fracción de su pecho descubierto y cómo se movía agitado. Sentí la brisa de su aliento en mis labios, haciéndome cosquillas. Sonreí.
-Pero yo no soy un demonio, Lethan.- Murmuró, haciendo que, de golpe, todo el hechizo se rompiera. Alcé la vista a sus ojos con la sensación de haberme encontrado los últimos minutos cubierto por una fina gasa blanca que volvía todo mas perfecto. Elisabeth tenía un brillo especial en aquellos ojos azules, divertida ante mi desconcierto.- Y hace tiempo que cerraste esa puerta.
Con un suave pitido, la puerta del ascensor se abrió y antes de que hubiera salido de mi estupor , la joven se escurrió bajo mi brazo y entró a su casa.
Respiré hondo, intentando serenarme, mientras las puertas volvían a cerrarse para llevarme a casa.
Y luego dicen que los ángeles no son malvados.
Hoy he vuelto a escribir otro relato de Lethan, gracias a la canción de Bruno Mars y un largo viaje en el bus. Esta vez el pobre Lethan está sacando por fin su parte demoníaca, este ángel caído es un poco pícaro cuando se lo propone.
Pronto acabo los exámenes y me centraré en el Camp NaNo, así que supongo que de los 2 días en los que publico, uno sea para decir cómo avanzan las cosas en La Molécula de la Discordia. ¡Deseadme suerte!
Y si queréis saber poco a poco cómo va avanzando la novela antes del día resumen, siempre podéis seguirme en la nueva página del blog en google plus (shameless self promotion que dirían algunos)
Por cierto, que haya escogido a Chace Crawford como portada no es una coincidencia. Él es mi Lethan, espero que os guste.
-Me haces sentir como si hiciera mucho tiempo desde que me expulsaran del cielo- Murmuré, las palabras salieron solas mientras Elisabeth subía conmigo en el ascensor. Ella llevaba tiempo sin hablarme, y tal vez las palabras no eran las mejores para volver a iniciar una conversación. Pero eran las palabras más ciertas que había pronunciado en una semana, así que, por mucho que deseé haberme mordido la lengua nada más haberlas pronunciado, era demasiado tarde.
Ella se giró a mirarme. Tenía la piel blanca como una perla y hasta el más mínimo rubor se filtraba por sus mejillas con facilidad, incapaz de esconderlo. Y, aun así, aquel rubor distaba mucho de ser ligero. Sonrió, creo que intentando disimularlo, pero sabía que era imposible y dejó la curva de sus labios en una mueca de desconcierto.
-¿Qué?- Murmuró, me daba la opción de rectificar, la opción cobarde. Podía haber dicho que solo estaba traduciendo la frase de aquella conocida canción, o que practicaba... Pero no puedes pensar aquellas cosas cuando Elisabeth comenzó a inspirar con fuerza y los botones de la camisa se tensaron, dejando entrever parches de aquella piel porcelana. No podía pensarlo cuando sus labios parecían más rojos que el mismísimo fuego.
No podía dar marcha atrás, porque ya era demasiado tarde.
-Me has oido- Murmuré, alzando un brazo para acorralarla contra la pared del ascensor. Ella titubeó al principio, es lo que tienen los ángeles, van siempre tan despacio, viven con tanta inocencia en temas de amor... Yo nunca fui como ellos, pero ahora menos.- No sé qué será del ángel con sus alas blancas mirándote con inocencia, pero no es el hombre que ves aquí. Será la transformación a demonio o que has madurado. Pero nunca me he sentido así con nadie.
A medida que hablaba me dejaba pegar a su cuerpo. Sentí sus manos pegándose a mi pecho y creo que nuestros labios llegaron a juntarse. Necesitaba aquel beso con la misma necesidad con la que necesitaba respirar. Miré sus labios, rojos y húmedos, y de nuevo la poca fracción de su pecho descubierto y cómo se movía agitado. Sentí la brisa de su aliento en mis labios, haciéndome cosquillas. Sonreí.
-Pero yo no soy un demonio, Lethan.- Murmuró, haciendo que, de golpe, todo el hechizo se rompiera. Alcé la vista a sus ojos con la sensación de haberme encontrado los últimos minutos cubierto por una fina gasa blanca que volvía todo mas perfecto. Elisabeth tenía un brillo especial en aquellos ojos azules, divertida ante mi desconcierto.- Y hace tiempo que cerraste esa puerta.
Con un suave pitido, la puerta del ascensor se abrió y antes de que hubiera salido de mi estupor , la joven se escurrió bajo mi brazo y entró a su casa.
Respiré hondo, intentando serenarme, mientras las puertas volvían a cerrarse para llevarme a casa.
Y luego dicen que los ángeles no son malvados.
Me encantó el texto, me gustan muchísimo los relatos sobre ángeles, yo tengo pensado escribir alguno, pero la verdad es que no se me da demasiado bien. Me hago seguidora desde ya, para seguir leyéndote y te invito a echarle un vistazo a mi blog!
ResponderEliminarUn besazo <3
¡Hola Ana!
EliminarMuchas gracias :) A mi los relatos de ángeles me gustan mucho, no sé, no es tan difícil como parece, la verdad, y con práctica seguro que luego te sale genial.
En fin, ahora me paso, un besín.
Hola!!! pues no esta nada mal, esta muy chulo!!
ResponderEliminarQué chulo, Gema!! Ainsss... ese semi beso, se me ha escapado un suspiro y todo, jejeje!! Muy bonito y muy pícaro ;)
ResponderEliminarMe gustó mucho!!
Besitosss!!!
Lethan es muy pícaro para esas cosas... Me habría gustado que se besaran de verdad, pero es muy difícil convencer a tus personajes y parecían muy decididos a hacer eso jeje
Eliminar¡Me alegra que te guste Ángela!
Un besín.
que bueno esta, soy nueva en tu blog y me encanto asi que ya soy seguidora d etu blog, ojala puedas visitar el mio!!<3
ResponderEliminarPues sí, sí que son malvados los angeles... Al menos esta... Pobrete el demonio, que se ha quedado con la miel en lo labios (nunca mejor dicho...)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho!
Saludos!
Sus motivos tiene... pero sí, también tiene muy mala leche en este relato.
Eliminar¡Muchas gracias por tu comentario ramón! Un besín.