Libertad {Una palabra, una historia}
¡Hola!
Hoy vuelvo a venir con un reto de escritura. Lo siento, es que se me solaparon durante mi viaje y como además no publiqué, ahora tengo que ir muy seguido. Aunque está bien, porque quería dejar más tiempo entre las "temporadas" de Angie y Nir que con casi total seguridad sea lo próximo que suba al blog, a no ser que me de una venada. Tengo alguna entrada más planteada, pero serán el grueso del blog en cuanto vuelva de vacaciones.
(y también tengo premios, uff... se me junta todo)
En fin, hoy toca un relato de una palabra, una historia que, como veis, trata sobre la libertad. Últimamente estoy dejando volar la imaginación y ver a qué puerto me lleva, y este relato ha sido raro, pero entretenido. A ver qué opináis vosotros jeje.
¡Espero que os guste!
Despacio. Muy despacio, la joven dejó escapar el aire de sus pulmones, hasta que sintió que estos comenzaban a colapsar por la diferencia de volumen.
Era difícil explicar por qué sentía la necesidad de hacer eso. Tal vez por renovarse. No podía cambiar de piel, al menos no de manera consciente, sus neuronas seguían siendo las mismas y mucho menos podría alterar tan drásticamente su código genético.
Pero claro, había cosas que podía hacer. Y respirar era una de ellas.
Pero respirar en el mar era distinto. Cuando no ves costa sientes que puedes perderte en el fondo azul sin preocupaciones, sientes que todo tu cuerpo rezuma...
Libertad, eso rezumaba su cuerpo, y por eso necesitaba expulsar todo el aire que la encadenaba a tierra.
Había pedido un último deseo antes de morir. Estaba condenada a muerte por brujería y habían sido tan amables como para darle a escoger su modo de morir. Ella había pedido ser atada a una balsa y llevada por la corriente. Y eso habían hecho.
Volvió a inspirar. El salitre se introdujo en su nariz, pegándose a las paredes de su tráquea a medida que fluía por su cuerpo. El agua salada se pegó a sus pies, fluyendo como si hubiera un capilar invisible que lo hiciera ascender por el borde de su cuerpo, cubriéndola al completo. Pronto su cuerpo se volvió translúcido, despacio, como un flujo por cada respiración.
Habían sido tan estúpidos como para creer que por atar a una bruja a un poste iban a impedirle vivir. Y aunque no pensaba volver a cometer el error de mezclarse con humanos, no pretendía morir. Habían creído que se iba a dejar matar. Pero ella eligió no morir nunca.
Se desvaneció en agua, fluyendo eternamente en el cauce más grande del mundo.
Sería eterna, y sería libre.
Hoy vuelvo a venir con un reto de escritura. Lo siento, es que se me solaparon durante mi viaje y como además no publiqué, ahora tengo que ir muy seguido. Aunque está bien, porque quería dejar más tiempo entre las "temporadas" de Angie y Nir que con casi total seguridad sea lo próximo que suba al blog, a no ser que me de una venada. Tengo alguna entrada más planteada, pero serán el grueso del blog en cuanto vuelva de vacaciones.
(y también tengo premios, uff... se me junta todo)
En fin, hoy toca un relato de una palabra, una historia que, como veis, trata sobre la libertad. Últimamente estoy dejando volar la imaginación y ver a qué puerto me lleva, y este relato ha sido raro, pero entretenido. A ver qué opináis vosotros jeje.
¡Espero que os guste!
Despacio. Muy despacio, la joven dejó escapar el aire de sus pulmones, hasta que sintió que estos comenzaban a colapsar por la diferencia de volumen.
Era difícil explicar por qué sentía la necesidad de hacer eso. Tal vez por renovarse. No podía cambiar de piel, al menos no de manera consciente, sus neuronas seguían siendo las mismas y mucho menos podría alterar tan drásticamente su código genético.
Pero claro, había cosas que podía hacer. Y respirar era una de ellas.
Pero respirar en el mar era distinto. Cuando no ves costa sientes que puedes perderte en el fondo azul sin preocupaciones, sientes que todo tu cuerpo rezuma...
Libertad, eso rezumaba su cuerpo, y por eso necesitaba expulsar todo el aire que la encadenaba a tierra.
Había pedido un último deseo antes de morir. Estaba condenada a muerte por brujería y habían sido tan amables como para darle a escoger su modo de morir. Ella había pedido ser atada a una balsa y llevada por la corriente. Y eso habían hecho.
Volvió a inspirar. El salitre se introdujo en su nariz, pegándose a las paredes de su tráquea a medida que fluía por su cuerpo. El agua salada se pegó a sus pies, fluyendo como si hubiera un capilar invisible que lo hiciera ascender por el borde de su cuerpo, cubriéndola al completo. Pronto su cuerpo se volvió translúcido, despacio, como un flujo por cada respiración.
Habían sido tan estúpidos como para creer que por atar a una bruja a un poste iban a impedirle vivir. Y aunque no pensaba volver a cometer el error de mezclarse con humanos, no pretendía morir. Habían creído que se iba a dejar matar. Pero ella eligió no morir nunca.
Se desvaneció en agua, fluyendo eternamente en el cauce más grande del mundo.
Sería eterna, y sería libre.
I N C R E Í B L E <3 Me ha encantado el detalle de la bruja, me parece un texto realmente original. Ayy, Gema, me encantan tus relatos porque siempre le das un toque que no encuentro en ninguna otra parte. Enamorada me tienes.
ResponderEliminarUn besazo <3
Ya, qué raro yo hablando de magia... jejeje Me alegra que te haya gustado este relato, la verdad es que no las tenía todas conmigo cuando comencé a escribirlo, pero cuando quise darme cuenta, ya estaba hecho. Además, parece que tengo una obsesión malsana con el agua.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Ana Belén. Tener enamorada a alguien como tu es todo un honor jajaja
¡Un besín!
¡Hola!
ResponderEliminar¡Qué bonito el relato! Escribes muy bien :)
Un beso
Me ha encantado. Muy buena manera de conseguir la libertad, sin duda. Aunque a mi, a pesar de haber nacido en la costa, me agobiaría mucho (de hecho me he agobiado al leerlo) eso de estar en medio del mar...
ResponderEliminarUn besico amiga Gema!
Jaja, creo que esto lo escribí nada más salir del barco, cuando habíamos estado en medio de la nada. Digamos que estoy curada de espanto para todo lo que tenga que ver con el medio marino, y también soy de costa. Hay personas para todo ;)
Eliminar¡Un besín Ramón!
Muy chulo, Gema. Todo el relato transmite libertad, muy bien escrito y llevado desde el inicio hasta el desenlace final.
ResponderEliminarMe gustó mucho! Un besote!
¡Holiis! Escribes genial, me ha encantado. Un besín también desde tierras Asturianas :)
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho^^ Últimamente vengo pensando bastante en las brujas y justo me topo con tu relato jajaja
La última frase es hermosa :D
¡Un beso grande!
¡Como me ha gustado! ¡Ha sido increíble el toque mágico que le has dado! Estaré esperando el próximo relato :)
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