WWC 6: Parkas y abrigos largos

(Se nota que este writing challenge también era de dibujo, ¿verdad?)

Esta vez volvemos a los relatos originales, utilizando a un viejo personaje de un rol llamado Lethan. La verdad es que su historia es compleja pero aún ando intentando plasmarla bien en el papel. Este es un extracto que me quedé con ganas de escribir en la historia y ya tenía pensado, aunque lo he dejado algo a mitad. Seguramente más adelante, cuando tenga un poco más pensada la historia de Lethan, suba otro mini-drabble sobre él.
Y, sin más preámbulos, os dejo con el capítulo.



El cielo se caería antes


Volvía la época del invierno, y tocaba cambio de armario. Lethan había asumido hace tiempo que el momento de la limpieza llegaría, pero pensar en coger de nuevo los abrigos o las bufandas que aún conservaban su aroma se le hacía algo menos que doloroso. Incluso conservaba alguna prenda de ella, lo que hacía que la transición fuera más difícil de lo que se había imaginado.
Las primeras navidades tras un desamor eran algo más que complicadas. Y, desde luego, aquello solo era un añadido a la ecuación de unas navidades crudas.
Cogió la poca ropa que quedaba de ella y la dejó en un saco al lado de la cama, todavía preguntándose qué hacer con ella mientras buscaba algo que ponerse antes de salir de casa. Eligió un abrigo largo, de doble botonera, de aquellos que parecían haberse puesto de moda y no dejaban de verse en los escaparates. Se arregló un poco antes de salir, con las manos en los bolsillos, mientras se preguntaba si habría algo que le hiciera dejar de pensar en su corazón roto y en cómo volver a lo que él había sido. Como recuperar sus alas.
Para variar, el ascensor estaba estropeado, lo que hizo que tuviera que bajar las escaleras. Otro fastidio, no había día que no tropezara con Elisabeth al bajar. El angelito seguía sin creer en su palabra y cada vez que se cruzaba bufaba y comenzaba a farfullar por lo bajo mientras se apartaba todo lo posible de él. Suerte que nunca había coincidido en el trabajo con ella, algo le decía que no iban a acabar muy bien si tenían que colaborar.
O tal vez era lo que necesitaban, volver a ser los de antes.
No, volver atrás era imposible, y convencer a Elisabeth de que había intentado hacer lo correcto, más aún.
El cielo se caería antes.

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